miércoles, 24 de junio de 2015

LAS PRIMERAS VECES

Llevo tiempo dándole vueltas a la idea de hacer un blog, un poco por gusto y porque me sirva de diario de ideas, y un poco por compartir algunas ideas que algunas veces me parecen productivas. Sin embargo creo que para que un blog, y más hoy que hay tantos, sea útil, debe tener algo que aportar, y yo me considero muy principiante en la vida para dar lecciones de nada.

Así que aunque hoy me he decidido por fin a hacerlo, motivada por las reflexiones de un regalo especial que he recibido, lo hago sin más pretensiones que la de escaparme aquí de vez en cuando y plasmar mis pensamientos. De modo que espero que si alguien se topa con esta página perdone el atrevimiento y lo entienda como lo que es, un espacio de experimentación y disfrute personal. Y por qué no, para hilar con el tema de esta entrada, una primera vez que me apetecía vivir.

Ese regalo  del que os hablaba y que me ha dado el empujoncito es esta pulserita:





Es el regalo de fin de curso que los padres y los niños de mi clase de 4 años han querido hacerme hoy. Regalo de los padres porque evidencia que, de una forma u otra, agradecen que alguien pase 5 horas diarias con sus peques y agradecen también la labor del maestro. Y regalo de los niños porque, no dejo de pensarlo, me han regalado sus primeras palabras escritas.

Las primeras veces siempre son un regalo. Pueden venir de un bebé, de una experiencia, de la sorpresa de un amigo, de un primer amor, de un descubrimiento... vienen y no se sabe de dónde vienen y por eso son las primeras, porque son inesperadas y no se las vio nunca venir antes.

El trabajo con niños puede parecer rutinario pero está lleno de primeras veces. Y esta pulserita no me ha dejado pensar en otra cosa desde que la tengo en mi muñeca. Tal vez esas manitas un día escriban un artículo que merezca el Pulitzer, o un libro de Nobel, o un artículo científico que recoja un gran avance de la medicina; o tal vez un día diseñen edificios, parques o ingeniería, o plasmen con mil colores la belleza del mundo en un lienzo. O puede que hilvanen palabras formando poesía, dirijan música con una batuta, puede que moldeen el barro gestando formas o formen vida moldeando cuerpos... tal vez escriban historia o simplemente escriban la historia de su vida, quién sabe qué harán esas manitas.

Pero  mirando esa pulsera sí se una cosa: les queda toda la vida por delante para escribir mil cosas, pero la primera vez de esas letras temblorosas se produjo junto a mi. Y ese regalo de mis niños.... no tiene precio.

GRACIAS.


No hay comentarios:

Publicar un comentario